El famoso genocidio indio o indígena en América. Auténtico ariete con el que los antihispánicos y leyenderos tratan de sojuzgar y fustigar al pobre pueblo hispanoamericano con mentiras e invenciones de todo tipo de pelaje con el objetivo de arrancarle su identidad hispánica y renegar de su historia. Dichas mentiras y falsedades se basan principalmente en obras de ciencia ficción como la fatídica “Brevísima” de Bartolomé de las Casas, la “Apología” de Guillermo de Orange, “Don Carlos” de Verdi o el nefasto cine de Hollywood.
¿Qué es un genocidio?
Pero entremos en detalles. Antes de empezar a rebatir barbaridades vamos a definir qué significa la palabra “genocidio”. Término utilizado a diestro y siniestro y sin ningún miramiento en la actualidad. Pues según la Real Academia de la lengua española, el término “genocidio” significa:
“Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.
En esta definición conviene remarcar el significado de la palabra “sistemática”:
“Que sigue o se ajusta a un sistema”.
Y por si alguien sigue sin poder entenderlo “sistema” tiene dos acepciones aprobadas por la RAE:
“1. m. Conjunto de reglas o principios sobre una materia racionalmente enlazados entre sí.
2. m. Conjunto de cosas que relacionadas entre sí ordenadamente contribuyen a determinado objeto”
Para hacerlo mucho más sencillo lo vamos a unir todo para que la definición de “genocidio” quede aún más clara:
“Un genocidio es el exterminio o eliminación de un grupo humano utilizando un sistema racional con reglas ordenadas, es decir, un sistema ejecutado con una intencionalidad de exterminio por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.
Pues bien, ciñéndonos a la documentación existente y a verdades históricas comprobables, no a cuentos de ciencia ficción o a la imaginación de algún iluminado, vamos a detallar las razones, motivos y pruebas que indican que tal genocidio nunca existió durante la soberanía española en territorio americano. No hay nada inventado ni sujeto a interpretación, son hechos reales como la vida misma, como realmente ocurrió.
1 – No hubo un plan sistemático preconcebido de genocidio indígena
No hay ningún documento ni de la época ni posterior que pruebe que hubo un plan de exterminio y genocidio indio creado, desarrollado o ejecutado por personas que se encontrasen en el Nuevo Mundo. Ni siquiera unas manifestaciones fiables y de personas ponderadas, no como nuestro amigo Bartolomé. Las manifestaciones que se recogen en muchas crónicas sí hablan de maltratos, abusos y casos puntuales de violencia, pero jamás de una matanza per sé, por motivos raciales o religiosos. De hecho, las únicas matanzas sistemáticas que se producían en las Indias eran los sacrificios rituales de las religiones precolombinas y que fueron inmediatamente prohibidos por los conquistadores españoles. Además las expediciones que forjaron la conquista del continente y el sometimiento de la autoridad indígena no tenía ningún tipo de orden relativa a matar, asesinar o exterminar poblaciones, exactamente al contrario, las órdenes mandaban establecer buenas relaciones con los nativos y comerciar con ellos si era posible. Lo más parecido era darles permiso para combatir y reducir o pacificar a las tropas nativas que no aceptasen la soberanía real y la nueva religión.
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2 – La corona española protegió legislativamente a los indígenas
Desde los primeros años de la conquista de América la corona castellana estuvo muy preocupada por el buen trato al nativo. En esos tiempos la reina de Castilla Isabel I ordenó a los españoles destacados en el Nuevo Mundo que tratasen con corrección a los nativos y respetasen sus modos de vida y costumbres. En el codicilio de su testamento lo dice bien claro que los indígenas no pueden ser esclavizados ni maltratados, obligaba a dar un trato justo y digno calificándolos de súbditos castellanos con los mismos derechos y deberes que los demás. Posteriormente Fernando el Católico promovió las Leyes de Burgos de 1512 en las que se detallaba ya con formato legal el trato que debía de proporcionarse a los nativos. Más tarde, en 1542 el rey Carlos I de España emitió una inmensa jurisdicción para la regulación legal conocido como las Leyes Nuevas de Indias en las que se definía bien claro el trato a todos los niveles que debía dispensarse a los nativos. No creo que la corona española sea tan cínica de emitir leyes para proteger a los indios y por detrás los esté liquidando. Si esto hubiese sido así habría quedado constancia de tales órdenes.
Y alguien dirá, claro, se hacían esas leyes porque existían los maltratos y los abusos y ya por eso no sirven esas leyes porque no se obedecían, y efectivamente, le daré la razón pero que ese alguien me cuente qué ley ha sido respetada y cumplida por el 100% de la población a la que se aplica esa ley, a ver. Desde ese punto de vista todas las leyes democráticas actuales no tendrían validez en tanto en cuanto hay miles de personas en las cárceles por transgredirlas. Y así no funcionan las cosas. La existencia de una ley define a la sociedad y al estado que las promulga y en este caso ese estado, la corona castellana, era benefactora de los nativos.
3 – La iglesia española protegió activamente a los indígenas
Si bien al principio de la conquista hubo un serio debate teológico entre distintas facciones de la iglesia católica sobre si el indio era o no era un ser digno de tener alma, pronto se resolvió dicho dilema mediante la bula Sublimis Deus del papa Pablo III de 1537 dejando bien claro que los indios americanos eran seres humanos con alma aunque “no estén en la fe de Jesucristo”. Por ello, ya desde esos primeros difíciles años los misioneros de las distintas órdenes religiosos se emplearon con ardor en la evangelización y cuidado de los nativos. Personajes como Antón de Montesino con su famoso sermón de adviento de 1511 en el que dio la primera voz de alarma sobre el maltrato a los nativos. Cuidado: maltrato, no genocidio. Bartolomé de las Casas luchó, a su manera tan exagerada, por mejorar la vida de los nativos, lo cual es muy loable, no así sus mentiras y exageraciones para lograrlo. Muchos más religiosos lucharon por los nativos como Toribio de Benavente o José de Acosta o Fray Bernardino de Sahagún que recopilaron lenguas nativas en magníficas obras para que no se perdiesen, o Juan de Zumárraga y Hernando de Luque que fueron portadores del cargo de Protector de Indios, institución creada para proteger a los nativos jurídicamente y que pudiesen disfrutar de los mismos derechos que aquellos que sabían leer o ya conocían las leyes de la corona.
4 – El genocidio indio habría sido económicamente contraproducente
Quiero pensar que nadie que desee montar un negocio o una empresa sea del tipo que sea desea que se les mueran los trabajadores. Esto supone un problema. Tendrá que buscar a otros que los sustituyan y eso supondrá gastar tiempo, energía y dinero en las nuevas contrataciones. ¿Entonces por qué motivo los encomenderos españoles desearían ejecutar un genocidio indio con sus propios empleados? Creo esto se responde solo. Que en las minas de oro y plata americanas se trabajaba de forma inhumana, sí, que muchos morían de enfermedades laborales, sí, que los horarios eran brutales y provocaban la debilidad del trabajador, completamente de acuerdo. Pero si investigamos las condiciones en que se trabajaban en minas de metales de la propia Castilla, de Alemania, de China o de Africa probablemente serían mucho peores que las minas americanas. Pero volvemos a lo mismo, se produjeron abusos e inhumanas situaciones, pero nunca un genocidio indio orquestado de eliminación nativa. Así eran las cosas en aquella época y eso ocasionaba muertes y miseria. De hecho, tras la mala experiencia en las Antillas en las que la población taína cayó casi hasta su desaparición provocó que en el continente americano (no en las islas) se conservasen formas de explotación laboral prehispánicas, ya que si éstas habían funcionado bien en la época anterior de la conquista ¿por que no lo iban a hacer con los españoles incluso introduciendo mejoras? Son los casos de la mita y el yanaconazgo inca.
5 – Las epidemias de viruela como agente de mortalidad
El verdadero agente que provocó esas tristes muertes y en número tan brutal fue el de las epidemias. Los europeos a su llegada al Nuevo Mundo portaron con ellos las bacterias y virus que no se conocían en América y dichos gérmenes camparon sin problemas por los extensos territorios americanos. Voy a detallar epidemias registradas a lo largo del siglo XVI:
Enfermedad | Fechas | Porcentaje de mortandad |
---|---|---|
¿gripe? | 1494–1514 | 20% |
viruela | 1519–1528 | 35% |
sarampión | 1531–1534 | 25% |
tifus | 1545–1546 | 20% |
peste neumónica | 1545-1546 | 15% |
sarampión | 1557–1563 | 20% |
viruela | 1576–1591 | 20% |
sarampión | 1576-1591 | 12% |
tifus | 1576-1591 | 15% |
sarampión | 1595–1597 | 8% |
sarampión | 1611–1614 | 8% |
tifus | 1630–1633 | 10% |
Como podemos ver en esta tabla extraída de la Wikipedia las epidemias diezmaron a la población y no solo eso, sino que estas epidemias tan graves provocaban que los campos no pudieran ser cultivados y cosechados y con ello una de las epidemias más graves: el hambre y la desnutrición que hasta varios años después no quedaría normalizado.
6 – Caída de la natalidad
Evidentemente la llegada de los españoles a América supuso para los nativos drásticos cambios en su forma de vida. Sobre todo al principio en las islas Antillanas se les obligó a adaptarse a la forma de vida ocidental, con sus horarios de trabajo, sus nuevas técnicas y, lo peor, el abandono de sus costumbres y patrones sociales. Fueron sacados de sus pequeños poblados de bohíos, de sus huertas de autoconsumo, de sus frutas y su pescado y se tuvieron que ir a vivir a las cercanías de las minas y de las ciudades de españoles. No estaban preparados para un cambio tran brusco y sucumbieron, muchos de ellos cayeron en profunda depresión y eso afectó en el caso de las mujeres a sus ganas de vivir y de procrear. Se pudieron observar muchos casos de abortos voluntarios e involuntarios y esto impidió que las generaciones taínas pudiesen restituirse y si no crecer por lo menos mantener un mínimo poblacional. Algo parecido ocurrió en el propio continente, si bien las autoridades españoles trataron de no provocar tanta tensión y crearon los pueblos de indios en los que a pesar de estar bajo soberanía castellana y vigilancia eclesiástica pudieron proseguir con sus costumbres y forma de vida más o menos igual que antes.
7 – El mestizaje como factor de cambio étnico
No se puede decir que el mestizaje fuera un factor importante en la caída demográfica india pero sí ayudó a que elementos nativos en vez de ayudar a levantar la raza nativa procreasen mestizos y conformasen un nuevo grupo étnico de gran importancia en América.
8 – Alianzas de pueblos indígenas con españoles
Otra prueba del “no-genocidio indio” son las numerosas alianzas que se produjeron durante la conquista entre pueblos nativos y los españoles. ¿En qué cabeza cabe que si alguien está exterminando a tu pueblo te alíes con él? Es absolutamente contraproducente. Incluso al terminar las luchas de la conquista esos pueblos nativos aliados recibieron premios y privilegios por su fidelidad al rey español y pudieron vivir en sus pueblos de indios con libertad y manteniendo sus costumbres y usos. Tan solo tuvieron que aceptar las leyes castellanas basadas en el derecho romano y la vigilancia de los representantes religiosos para mantener la ortodoxia cristiana. Ortodoxia que, por otra parte, aceptaron y asumieron gran parte de los pueblos nativos. De hecho, hoy por hoy, la región de la tierra que más fieles católicos tiene es América.
9 – Población española insuficiente
La población española emigrada desde España a América durante la primera mitad del siglo XVI, época de la conquista y del consecuente genodicidio, no pasó de las 50000 personas. Teniendo en cuenta que en esa cifra habrá mujeres y niños digamos que pasaron unos 40000 varones en edad adulta. Los historiadores más moderados calculan que en esos años la población nativa era de unos 30 millones de personas, eso significa que para la ejecución del maléfico genocidio indio cada español tenía que buscar, capturar y ejecutar a 750 nativos. Y además de eso tenía que buscarse el sustento, construir su casa, alimentar a su familia, colaborar en la creación de la nueva sociedad hispanoamericana, etc, etc. Es decir, eran superhombres, si no no se entiende que fueran capaces de realizar tamañas barbaridades.
10 – Caciques indígenas colaboracionistas
Ya hemos hablado en este artículo sobre los Pueblos de Indios. Institución creada por la corona española para allí agrupar a los indios en sus propias tierras, de las que eran propietarios, y que pudieran vivir bajo sus usos y costumbres. Cada pueblo tenía su propio cacique o jefe que trabajaba de acuerdo con las autoridades españoles y bajo soberanía del rey de España. ¿Cómo iban los caciques a ser colaboracionistas con unos extranjeros recién llegados que estaban asesinando a sus compañeros de raza? No tendría sentido alguno, probablemente se levantarían y lucharían contra los asesinos, pero no lo hicieron.
Conclusión
Por estas razones y otras muchas que son de menor importancia concluímos que el tan manoseado y victimizado genocidio indio no existió. Es una simple artimañana de los antihispanos de diversas orientaciones políticas para enfrentar y romper la unidad de la Hispanidad.
De todas maneras es bueno aclarar que sí existió un genocidio indio, bueno, existieron dos: el ejecutado por los norteamericanos contra las tribus indias de ese subcontinente actual, es decir, en los territorios de Estados Unidos y Canadá. Y el otro a partir de las indepedendencias sudamericanas en las que las tribus indias perdieron los privilegios concedidos por la corona española y bajo el gobierno de los liberal-masónicos fueron exterminados para liberar sus tierras y pasarlas a manos de los criollos. Ahí también hubo un genocidio con intencionalidad tanto racial como económica. Y ya hablaremos de él.