Biografía del virrey Rafael de Sobremonte
Lugar de nacimiento:
Rafael de Sobremonte nació el 27 de noviembre de 1745 en Sevilla (España)
Lugar de fallecimiento:
Rafael de Sobremonte murió el 19 de enero de 1827 en Cádiz (España).
Cargos ejercidos:
– Tercer Marqués de Sobremonte.
-Gobernador intendente de Córdoba del Tucumán de 1783 a 1797.
-9º Virrey del Río de la Plata de 1804 a 1807.
Hechos más relevantes protagonizados por el virrey Rafael de Sobremonte:
-En 1761 llega a América como teniente del batallón Fijo de Infantería de la ciudad de Cartagena de Indias de la mano de su tío José que fue nombrado gobernador de la ciudad.
-En 1770 es destinado a Puerto Rico en donde asciende a coronel y a brigadier en 1774.
-En 1780 llega al virreinato del Río de a Plata en calidad de secretario del virrey Vértiz.
-En 1783 es nombrado Gobernador intendente de la intendencia de Córdoba del Tucumán, cargo que ocupa hasta 1797. En este cargo realizó numerosas mejoras en la ciudad en aspectos urbanísticos, de infraestructuras, educacionales y sanitarias.
-En 1804 es nombrado virrey del Río de la Plata para sustituir al fallecido virrey Joaquín del Pino y Rozas.
-En 1806 se produjo la primera invasión inglesa de Buenos Aires en la que 1500 ingleses comandados por William Carr Berersford y Home Riggs Popham atacaron la ciudad. Su objetivo era robar un cargamento de oro y plata que esperaba para ser enviado a España. Los medios de los que disponía el virrey para la defensa de la ciudad eran muy deficientes por lo que optó por abandonarla en manos inglesas y partir a Córdoba desde donde organizaría la defensa y el contragolpe. Pero cuando llegó a Buenos Aires comprobó que ésta ya había sido liberada por las tropas de Montevideo y voluntarios porteños comandados por Santiago Liniers. Sobremonte fue depuesto por un cabildo abierto y tuvo que marchar a Montevideo.
-En 1809 regresó a España y fue enjuiciado en 1813 por sus actos en el virreinato pero fue absuelto.
-Sobremonte ha quedado en la memoria argentina como un cobarde y un ladrón que huyó de Buenos Aires en cuanto vio a los ingleses llegar y que intentó quedarse con el tesoro que había en esos momentos en la ciudad. Pero esto no es verdad. Había una vieja ordenanza real que imponía que ante un ataque enemigo a una capital virreinal lo primero que había que salvar era al virrey y los caudales existentes, de esta manera en caso de ataque el poder político y económico del virreinato quedaban a salvo y podían seguir funcionando desde otra ciudad que, en esos momentos, sería la nueva y transitoria capital del virreinato.