Alfonso Mateo-Sagasta nos trae en su última novela histórica la vida de Gonzalo Guerrero, soldado español al servicio de Núñez de Balboa en el Darién, que naufragó en la península del Yucatán camino de Santo Domingo en el año 1511. Los pocos, sufridos y agotados supervivientes fueron atacados por una tribu maya, los itzaes, al llegar a la costa y tras una pequeña lucha capturados y trasladados al poblado nativo. Allí, horrorizados, contemplaron sin poder hacer nada como los españoles que lucharon más bravamente fueron brutalmente sacrificados y los demás entregados como esclavos.
Aquí comienza la odisea de nuestro personaje que nos revelará, desde la visión personal de Gonzalo Guerrero (está narrado en primera persona), cómo era la vida dentro de una tribu maya, las costumbres, los sacrificios, los ritos, los dioses, la forma de vestir, la alimentación, la convivencia, las jerarquías de poder, las luchas con las tribus rivales, las técnicas de guerra, el juego de la pelota, etc.
En un lenguaje delicioso y nada apasionado Gonzalo va repasando las distintas etapas de su vida en Castilla, su lucha en Italia contra los franceses, la difícil decisión de dejarlo todo y marcharse al Nuevo Mundo, su captura por los mayas y todo lo que vio y vivió junto a sus nuevos amos y luego compañeros itzáes, hasta llegar a enfrentarse en Champotón a los hombres de Francisco Hernández de Córdoba, en avanzadilla de exploración que poco después se convertiría en la conquista del imperio azteca por parte de Hernán Cortés.
También nos detalla jugosos datos sobre las expediciones españolas por el Caribe, la utilización del requerimiento, la forma de reclutar hombres para dichas expediciones y las técnicas guerreras españolas.
Un interesantísimo relato para los amantes de la historia del Nuevo Mundo que quieran ser testigos, desde un original punto de vista, de la vida en una tribu maya del siglo XVI y lo que debieron de sentir ante la amenaza que venía del norte, por el expansionismo mexica, y de donde nace el sol, por los preocupantes indicios de la llegada de unos extranjeros barbudos y su primer cara a cara importante con ellos.
Gonzalo Guerrero fue el padre de los primeros mestizos mexicanos. Poseía una capacidad adaptativa maravillosa, pues aprendió la lengua maya y se sumergió sin grandes prejuicios en su cultura milenaria. Fue nombrado nakom (jefe militar) por el rey de Chetumal y acabó casándose con una princesa maya, con la que tuvo hijos a los que amo profundamente. Se negó a unirse a los conquistadores de la expedición de Cortés y alentó la resistencia de los mayas.
Varias estatuas honran las luchas libertarias de Gonzalo Guerrero en Yucatán.
Hay multitud de casos parecidos al de Gonzalo Guerrero en el que por haber sido capturado en batalla o en un naufragio un castellano terminaba conviviendo e incluso asimilando la cultura de la tribu o nación que le capturó. Eso da muestra de la facilidad del mismo de adaptarse a las circunstancias y sobrevivir. Si bien hubo algún caso como el de Guerrero que rechazó volver con sus compatriotas e incluso luchó contra ellos, la mayoría sí retornaban con sus compañeros.
Hola,
Me parece importante tener cuidado en el empleo de ciertos términos al aplicarse a algunos pueblos amerindios. Uno de estos es la palabra “tribu”, que en antropología hace referencia a un grupo social con una organización pre-estatal, basada en la agrupación de numerosas familias. Los mayas clásicos y post-clásicos no pueden ser descritos como tribus, pues poseían estados bien desarrollados, con jerarquías sociales y políticas muy complejas. Los mayas que encontró Gonzalo Guerrero eran verdaderas naciones, agrupados alrededor de ciudades-estado gobernadas por un Halach Uinic, quien a su vez designaba a gobernantes (batabes) de ciudades más pequeñas. El ejército y el sacerdocio también se encontraban muy estructurados. Entre los mayas había diversas clases sociales (nobleza, sacerdocio, comerciantes, militares y campesinos).
La organización política de los mayas en el siglo XVI era muy similar a la de la Italia renacentista: ciudades-estado luchando por controlar mayores territorios. De la misma manera que no podemos hablar de la “tribu” de los florentinos en guerra con la “tribu” de los milaneses, no podemos hablar de “tribus” mayas.
Saludos