Llama mucho la atención como una superestructura política, militar y administrativa como fue el imperio español pudo mantenerse unida y cohesionada durante los casi 400 años de su existencia. Ni sus peores enemigos europeos, que atacaron algunos puntos costeros y las rutas comerciales, ni las rebeliones internas puntuales, que mayoritariamente fueron por motivos económicos, no políticos, lograron poner en peligro esta estructura. Se puede hablar de una fidelidad prácticamente generalizada en el tiempo y en el espacio a los reyes españoles, algo que sin duda suponía un cemento importante, pero también hay que tener en cuenta un elemento bastante olvidado y que proporcionó una cohesión financiera a la amplia estructura de la monarquía española: el Situado.
El Situado fue una herramienta financiera que permitió mantener activos y operacionales los elementos defensivos y administrativos del imperio español en todo el mundo. Sin él no se habría podido pagar el mantenimiento de las fortalezas, los sueldos de los funcionarios reales y de los militares destacados en lejanos puntos, y su manutención. El ingreso se supone que era anual pero muchas veces el envío del Situado fue irregular y dependió de la situación financiera de quién lo emitía y de las circunstancias del momento. Se realizaba normalmente en efectivo, con monedas de plata, lo que suponía para la zona donde llegaba una inyección de liquidez muy importante para su economía y su comercio, pero a veces se enviaban mercancías que pudiesen resultar útiles en el destino.
La estructura fiscal de la corona española se basaba en las denominadas Cajas Reales, existiendo unas Cajas subsidiarias o dependientes de una Caja central, que tenía atribuciones para recibir los excedentes generados por las Cajas de su distrito, si es que los había una vez atendidos sus propios gastos de funcionamiento. El movimiento financiero se producía desde las Cajas Reales de las regiones más ricas, con excedentes financieros, a las más pobres o lejanas y, por ello, más díficiles de mantenerse por sí solas. En estas regiones pobres la economía local no permitía generar los suficientes ingresos fiscales para autofinanciarse por lo que había que recurrir a estas transferencias solidarias entre ellos. Este mecanismo no fue exclusivo de las Indias, también se utilizó en Europa enviando numerosos situados durante los siglos XVI y XVII a Flandes mientras duró la guerra en aquella zona europea.
Estas transferencias se realizaron desde los inicios de la colonización, allá por el siglo XVI, y continuaron estando vigentes hasta principios del siglo XIX desapareciendo con el inicio de las revoluciones liberales hispanoamericanas y las posteriores guerras de independencia. Los dos virreinatos más poderosos eran el de la Nueva España y el del Perú, y desde ellos se enviaban los fondos al resto de territorios. Desde México se cubrían la islas caribeñas (Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, etc), la frontera del Norte (San Agustín de la Florida y el complejo entramado de presidios, el istmo centromericano) y las Islas Filipinas. Desde el Perú se enviaban de dos puntos: de Lima a la capitanía general de Chile (Concepción, Chiloé y Valdivia) y de Potosí al virreinato del Río de la Plata. En el virreinato de Nueva Granada destacaron los situados enviados desde Bogotá y Quito para el mantenimiento de la defensa de Cartagena de Indias durante los siglos XVII y XVIII.
El primer situado del que se tiene constancia fue el ordenado a la hacienda mexicana por el rey Carlos I en 1529 por el que tenían que pagar el salario del tesorero de la isla de Cuba, Gonzalo de Guzmán. Era muy habitual que desde la Nueva España se sufragasen la construcción de las fortificaciones habaneras y la manutención de su guarnición. También la caja mexicana sufragó todos los gastos de una escuadra que vigilaba los convoyes y las costas llamada la Armada de Barlovento.
Pero el Situado, como decíamos antes, no siempre llegaba puntualmente y en muchas ocasiones se retardaba o alguna situación especial impedía su envío entonces era cuando intervenía la población que solía actuar como prestatario de los funcionarios y militares permitiendo así mantener en funcionamiento el sistema defensivo y en el momentoq ue el Situado llegaba se liquidaban las deudas y se realizaban los cobros. En las ciudades más necesitadas el día que el situado arribaba era motivo de fiesta y regocijo.
Para aquellos aficionados a la leyenda negra que afirman, desde su triste ignorancia, que España se llevó todas las riquezas y vació y empobreció los territorios hispanos en América esto es una prueba de que lo que se obtenía en las Indias en su gran mayoría se quedaba en ellas y no las empobrecía, más bien al contrario, redistribuía la riqueza de las zonas ricas a las más pobres.
Fuente: Carlos Marichal, Johanna von Grafenstein, “El Secreto del Imperio Español: Los situados coloniales en el siglo XVIII”, Colegio de México. Instituto de investigaciones Dr. José María Luis Mora.