Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista madrileño, estuvo presente en gran cantidad de los primeros momentos de la conquista y colonización del Caribe y de Tierra Firme y en su obra “Historia General y Natural de las Indias“, publicada por primera vez en 1535, expresa su opinión sobre los indígenas de la isla la Española, los taínos:
“[…] esta gente de su natural es ociosa é viciosa, é de poco trabajo, é melancólicos, é cobardes, viles é mal inclinados, mentirosos é de poca memoria, é de ninguna constancia. Muchos dellos, por su passatiempo, se mataron con ponzoña por no trabajar, y otros se ahorcaron por sus manos propias, y á otros se les recrescieron tales dolencias, en especial de unas viruelas pestilenciales que vinieron generalmente en toda la isla, que en breve tiempo se acabaron.
[…] Porque en la verdad, segund afirman todos los que saben estas Indias (ó parte dellas), en ninguna provincia de las islas ó de la Tierra-firme, de las que los chripstianos han visto hasta agora, han faltado ni faltan algunos sodomitas, demás de ser todos idólatras, con otros muchos vicios, y tan feos, que muchos dellos por su torpeza é fealdad no se podrían escuchar sin mucho asco y vergí¼enza, ni yo los podría escribir, por su mucho número é suciedad.
E assi de baxo de los dos que dixe muchas abominaciones é delitos é diversos géneros de culpas ovo en esta gente, demás de ser ingratíssimos é de poca memoria é menos capacidad. E si en ellos hay algún bien, es en tanto que llegan al principio de la edad adolescente; porque entrando en ella, adolescen de tantas culpas é vicios, que son muchos dellos abominables. Assi que estos tales hombres, como dice el Evangelio, en los fructos dellos los conoscereis
[…] Pero en fin, estos indios (por la mayor parte de ellos), es nación muy desviada de querer entender la fé cathólica; y es machacar hierro frío pensar que han de ser christianos, sino con mucho discurso de tiempo, y assi se les ha parescido en las capas (ó mejor diciendo) en las cabezas: porque capas no las traían, ni tampoco tienen las cabezas como otras gentes; sino de tan rescios é gruesos cascos, que el principal aviso que los christianos tienen, cuando con ellos pelean é vienen á las manos, es no darles cuchilladas en la cabeza, porque se rompen las espadas. Y assi como tienen el caso grueso, assi tienen el entendimiento bestial y mal inclinado”.
Leyendo estas palabras podemos imaginar las peleas y discusiones que este cronista tendría con el dominico Bartolomé de las Casas a propósito de esta temática.
NOTA del administrador: Que publique dichas manifestaciones y opiniones en el blog no significa que esté de acuerdo con ellas, simplemente considero que son un documento interesante de la época que muestra la forma de pensar de los que vivieron aquello.